La Verdad Sobre El Alma
El Alma, definida como el principio interior fundamental por el que pensamos, sentimos y deseamos, es el elemento espiritual e inmortal que, según muchas religiones y corrientes filosóficas, forma al cuerpo humano y con él construye la esencia del hombre, ha sido concebida desde el principio de los tiempos como una entidad etérea y volátil, parecida a una corriente de aire o una respiración.
Para el filósofo griego Platón, alma y cuerpo son distintos órdenes de la realidad. El cuerpo, para él, sería una especie de “prisión” o “tumba” del alma. Aristóteles descarta esta apreciación y define al alma como “la primera entelequia (realidad plena alcanzada) de un cuerpo físico organizado que posee potencialmente la vida”, enfatizando la proximidad de la unión de alma y cuerpo.
La gran mayoría de las religiones asegura que la conciencia o alma del ser humano trasciende a la vida en sí, perviviendo más allá de la muerte física del cuerpo. Por esto, fueron muchas las personas a lo largo de la historia que intentaron demostrar empíricamente la existencia del alma. De éstos, el más recordado fue el físico estadounidense Duncan MacDougall, quien a principios del siglo pasado postuló que el alma tenía que tener una masa o sustancia medible. Su argumento fue que si el alma forma parte de nuestro cuerpo debe estar presente en forma de alguna sustancia, y al igual que el resto de la materia esa sustancia debe tener peso, obviamente, se desprende del cuerpo en el momento de la muerte, y por lo tanto la pérdida de peso debe ser medible.
Para comprobar su teoría, el físico se trasladó a un hogar de ancianos, donde pudo experimentar sobre seis personas moribundas, pesándolas antes de su muerte en una cama que en realidad era una balanza industria, que por cierto él mismo fabricó; cuatro de estos pacientes tenían tuberculosis, otro diabetes y el último sufría una enfermedad sin determinar.
Las conclusiones de los experimentos de Mac Dougall, que comenzaron en 1901, fueron publicados seis años más tarde en la revista “American Medicine” y en el diario New York Times bajo el título: “El alma: hipótesis relativa a la sustancia del alma junto a una evidencia experimental de la existencia de dicha sustancia”. Este fue el comentario del propio Dr. McDougall sobre sus experimentos publicados en The New York Times el 10 de marzo de 1907. Tal y como lo dijo en su momento:
“Cuatro médicos bajo mi dirección hicieron la primera prueba a un paciente moribundo con tuberculosis. Este hombre era un tipo normal, del habitual tipo estadounidense y de contextura normal. Le colocamos unas horas precedentes a la muerte en una plataforma de la báscula, que había construido y que se equilibra con exactitud. Cuatro horas más tarde con cinco médicos que asistían a su muerte.
El instante en que la vida le dejó, el platillo opuesto cayó con una rapidez sorprendente, como si algo hubiera salido repentinamente de su cuerpo. Inmediatamente hicimos todas las deducciones habituales para la pérdida física de peso, y se descubrió que todavía había una pérdida de una onza de peso (21 gramos) inexplicable.
He enviado otro paciente con la misma enfermedad, a punto de la muerte, para el mismo experimento. Era un hombre con el mismo temperamento y físico que el paciente anterior. Ocurrió el mismo resultado al morir. En el instante en el corazón dejó de latir hubo una disminución repentina y misteriosa en su peso.
Como experimentadores, cada médico hizo su propia relación con estas pérdidas de peso y las cifras se compararon. Se mostró en los resultados una pérdida de peso inexplicable.
Pero esto no fue tan notable en el tercer caso. El paciente era el de un hombre de contextura física grande pero con un temperamento débil pronunciado. Cuando murió su cuerpo yacía en la cama encima de la balanza y durante un minuto entero no hubo ningún cambio en el peso. Los médicos que esperaban en la sala se miraron las caras en silencio moviendo la cabeza en la convicción de que nuestra prueba había fracasado.
Entonces, de repente pasó lo mismo que había ocurrido en los otros casos. Hubo una disminución repentina en peso, y se descubrió que era la misma que la de los experimentes precedentes.
Creo que en este caso, el de un hombre lento de pensamiento y acción, el alma quedó suspendida en el cuerpo después de la muerte, durante el minuto que transcurrió antes de que llegara a la conciencia de su libertad. No hay otra manera de explicarlo, y esto quizá se espera que suceda en un hombre del temperamento del sujeto.
Otros tres casos fueron juzgados, entre ellos el de una mujer, y en cada una se estableció que un peso de una mitad a una onza entera se apartó del cuerpo en el momento de la muerte.”
En un estudio posterior Macdougall también pesó a 15 perros moribundos en balanzas, descubriendo que su muerte no implicaba ninguna pérdida de peso. Por ello concluyó que los animales no tenían alma.
El estudio causó de inmediato bastante revuelo y desde entonces se originó el mito de que el peso del alma correspondía a 21 gramos.
Este debate ha estado presente hasta hoy en día, pues recientemente en 2005, el doctor Francis Crick (Premio Nobel 1962), aseguró que los 21 gramos que había percibido MacDougall en sus experimentos era una pérdida del proceso físico del cuerpo, exactamente del cerebro y no del alma. Según él, la actividad neuronal producía un campo eléctrico que hace que el cuerpo pese más. Entonces, al detenerse esta actividad neuronal (al morir) desaparece y por tanto el peso también (este argumento, sin embargo, no explicó por qué los perros, que también tienen actividad neuronal, no perdieron peso al morir).
Otros físicos también rebatieron a MacDougall asegurando que para que una masa de 21 gramos se transforme en energía y salga del cuerpo, científicamente, debe producir un haz de luz. Lo curioso es que el mismo Mac Dougall, quien en otro experimento intentó ver el alma mediante una máquina de rayos X, aseguró que había visto un halo de luz en 12 personas moribundas.
Independiente de las discusiones científicas, el supuesto peso de 21 gramos del alma humana se ha transformado ya en un mito popular. Para los escépticos, el argumento es simple: si no existe ninguna evidencia científica de la existencia del alma, ¿Qué sentido tiene hablar de su peso?
En lo particular creo que si tenemos alma o espíritu, o como quieran llamarlo, pero difiero con las conclusiones de Duncan MacDougall de que pesa 21 gramos, yo pienso que el alma no tiene peso, es solo un elemento espiritual y por lo tanto posee energía que influye en nosotros pero carece de masa.
Bueno y en el caso de que el alma sea energía y que la energía se transforme en luz y sale de nuestro cuerpo al morir sería correcto decir que la luz o fuente de energía tiene peso. La luz no lucha por espacio sino se mezcla en si. Así que esa es la nueva pregunta ¿Tiene peso la luz?
El alma pesa 21 gramos después de morir
La Verdad Sobre El Alma
El Alma, definida como el principio interior fundamental por el que pensamos, sentimos y deseamos, es el elemento espiritual e inmortal que, según muchas religiones y corrientes filosóficas, forma al cuerpo humano y con él construye la esencia del hombre, ha sido concebida desde el principio de los tiempos como una entidad etérea y volátil, parecida a una corriente de aire o una respiración.
Para comprobar su teoría, el físico se trasladó a un hogar de ancianos, donde pudo experimentar sobre seis personas moribundas, pesándolas antes de su muerte en una cama que en realidad era una balanza industria, que por cierto él mismo fabricó; cuatro de estos pacientes tenían tuberculosis, otro diabetes y el último sufría una enfermedad sin determinar.
“Cuatro médicos bajo mi dirección hicieron la primera prueba a un paciente moribundo con tuberculosis. Este hombre era un tipo normal, del habitual tipo estadounidense y de contextura normal. Le colocamos unas horas precedentes a la muerte en una plataforma de la báscula, que había construido y que se equilibra con exactitud. Cuatro horas más tarde con cinco médicos que asistían a su muerte.
El instante en que la vida le dejó, el platillo opuesto cayó con una rapidez sorprendente, como si algo hubiera salido repentinamente de su cuerpo. Inmediatamente hicimos todas las deducciones habituales para la pérdida física de peso, y se descubrió que todavía había una pérdida de una onza de peso (21 gramos) inexplicable.
He enviado otro paciente con la misma enfermedad, a punto de la muerte, para el mismo experimento. Era un hombre con el mismo temperamento y físico que el paciente anterior. Ocurrió el mismo resultado al morir. En el instante en el corazón dejó de latir hubo una disminución repentina y misteriosa en su peso.
Como experimentadores, cada médico hizo su propia relación con estas pérdidas de peso y las cifras se compararon. Se mostró en los resultados una pérdida de peso inexplicable.
Pero esto no fue tan notable en el tercer caso. El paciente era el de un hombre de contextura física grande pero con un temperamento débil pronunciado. Cuando murió su cuerpo yacía en la cama encima de la balanza y durante un minuto entero no hubo ningún cambio en el peso. Los médicos que esperaban en la sala se miraron las caras en silencio moviendo la cabeza en la convicción de que nuestra prueba había fracasado.
Entonces, de repente pasó lo mismo que había ocurrido en los otros casos. Hubo una disminución repentina en peso, y se descubrió que era la misma que la de los experimentes precedentes.
Creo que en este caso, el de un hombre lento de pensamiento y acción, el alma quedó suspendida en el cuerpo después de la muerte, durante el minuto que transcurrió antes de que llegara a la conciencia de su libertad. No hay otra manera de explicarlo, y esto quizá se espera que suceda en un hombre del temperamento del sujeto.
Otros tres casos fueron juzgados, entre ellos el de una mujer, y en cada una se estableció que un peso de una mitad a una onza entera se apartó del cuerpo en el momento de la muerte.”
En lo particular creo que si tenemos alma o espíritu, o como quieran llamarlo, pero difiero con las conclusiones de Duncan MacDougall de que pesa 21 gramos, yo pienso que el alma no tiene peso, es solo un elemento espiritual y por lo tanto posee energía que influye en nosotros pero carece de masa.
"En 1996, científicos de la universidad de Michigan dejaron 540 personas moribundas en camillas sobre una balanzas electrónicas de gran precisión y notaron que todos los cuerpos al fallecer perdían alrededor de 21 gramos, que aunque se ha investigado, no se ha podido descubrir de dónde."
Llevo un tiempo investigando el tema del alma, de los 21 gramos que desaparecen justo cuando morimos y si esto pertenece al alma. El texto de arriba se repite en bastantes páginas y blogs, pero no existe más información... solo una frase repetida cientos de veces.
Luego se habla del caso del Doctor en Medicina Duncan McDougall, de Haverhill, Massachussets, que publicó en marzo de 1907 una demostración científica de la existencia del alma.
MacDougall se dedicó a pesar a personas moribundas justo antes y después de morir y descubrió que el hombre pesaba una media de 21 gr menos justo en el momento del fallecimiento.
El experimento que realizó MacDougall ha sido criticado por la falta de exactitud de su procedimiento y porque aunque no se estaba presente, se dice que no midió esto o aquello. Pero es curioso que la misma comunidad científica que lo critica, luego da una explicación "científica y lógica" a esta perdida de peso. Entonces, en qué quedamos. ¿Esta bien hecho el experimento o no esta bien hecho?.
En 2005 se trato de explicar científicamente (Dr Francis Crick, premio Nobel 1962) la perdida de los 21 gramos que había percibido MacDougall en sus experimentos como un proceso físico del cuerpo, exactamente del cerebro y no como la pérdida del alma. Según esto, la actividad neuronal produce un campo eléctrico que hace que el cuerpo pese más. Entonces, al detenerse esta actividad neuronal (al morir) desaparece y por tanto el peso también. Vale, suponiendo que esto es cierto, esto no explica porqué otros animales no tienen esa pérdida de peso cuando mueren: animales como los perros que también fueron pesados antes y después de morir por MacDougall y que, como he dicho, no perdieron peso. Los animales también tienen actividad neuronal.
En fin, no soy físico, pero pensando en el peso del electrón o en el tema del campo electromagnético y si alguno de estas dos puntos pueden explicar el peso aumento de peso en 21 gramos, la respuesta es no. (Por supuesto, si hay algún físico que pueda rebatirlo de manera científica y entendible le invito a dejar su comentario) .
Otras personas criticaron los experimentos de Mac.diciendo que las personas moribundas pudieron haberse orinado o defecado encima, o que a causa de la transpiración el cuerpo pudo perder agua y por tanto, peso. Esto lo rebatió de la siguiente forma: si el difunto hubiera defecado encima el peso no hubiera variado ya que también se pesaba la cama, en cuanto al tema de la evaporación, esta hubiera sido de forma gradual y no de forma repentina, tal y como sucedió.
Bueno, vale, podemos decir que el experimento de MacDougall es posible pero dudoso, no estuvimos allí para comprobarlo. ¿Existen otras pruebas? Igual no como un alma que nos dice la religión, un tipo de alma diferente, no sé, alguna energía...
Hasta ahora, de forma indiscutible no, pero, algunos físicos aseguran para que una masa de 21 gramos se transforme en energía y salga del cuerpo, científicamente, debe producir un haz de luz. Pero que curioso que, el Dr McDougall afirmaba que pudo observar un halo de luz en 12 personas moribundas. Pero eso, es otro tema.
Fuente:
http://granmisterio.org/2014/09/10/el-peso-del-alma-21-gramos/
http://misteriossinresover.blogspot.com.es/2012/02/el-alma-pesa-21-gramos.html
Llevo un tiempo investigando el tema del alma, de los 21 gramos que desaparecen justo cuando morimos y si esto pertenece al alma. El texto de arriba se repite en bastantes páginas y blogs, pero no existe más información... solo una frase repetida cientos de veces.
Luego se habla del caso del Doctor en Medicina Duncan McDougall, de Haverhill, Massachussets, que publicó en marzo de 1907 una demostración científica de la existencia del alma.
MacDougall se dedicó a pesar a personas moribundas justo antes y después de morir y descubrió que el hombre pesaba una media de 21 gr menos justo en el momento del fallecimiento.
El experimento que realizó MacDougall ha sido criticado por la falta de exactitud de su procedimiento y porque aunque no se estaba presente, se dice que no midió esto o aquello. Pero es curioso que la misma comunidad científica que lo critica, luego da una explicación "científica y lógica" a esta perdida de peso. Entonces, en qué quedamos. ¿Esta bien hecho el experimento o no esta bien hecho?.
En 2005 se trato de explicar científicamente (Dr Francis Crick, premio Nobel 1962) la perdida de los 21 gramos que había percibido MacDougall en sus experimentos como un proceso físico del cuerpo, exactamente del cerebro y no como la pérdida del alma. Según esto, la actividad neuronal produce un campo eléctrico que hace que el cuerpo pese más. Entonces, al detenerse esta actividad neuronal (al morir) desaparece y por tanto el peso también. Vale, suponiendo que esto es cierto, esto no explica porqué otros animales no tienen esa pérdida de peso cuando mueren: animales como los perros que también fueron pesados antes y después de morir por MacDougall y que, como he dicho, no perdieron peso. Los animales también tienen actividad neuronal.
En fin, no soy físico, pero pensando en el peso del electrón o en el tema del campo electromagnético y si alguno de estas dos puntos pueden explicar el peso aumento de peso en 21 gramos, la respuesta es no. (Por supuesto, si hay algún físico que pueda rebatirlo de manera científica y entendible le invito a dejar su comentario) .
Otras personas criticaron los experimentos de Mac.diciendo que las personas moribundas pudieron haberse orinado o defecado encima, o que a causa de la transpiración el cuerpo pudo perder agua y por tanto, peso. Esto lo rebatió de la siguiente forma: si el difunto hubiera defecado encima el peso no hubiera variado ya que también se pesaba la cama, en cuanto al tema de la evaporación, esta hubiera sido de forma gradual y no de forma repentina, tal y como sucedió.
Bueno, vale, podemos decir que el experimento de MacDougall es posible pero dudoso, no estuvimos allí para comprobarlo. ¿Existen otras pruebas? Igual no como un alma que nos dice la religión, un tipo de alma diferente, no sé, alguna energía...
Hasta ahora, de forma indiscutible no, pero, algunos físicos aseguran para que una masa de 21 gramos se transforme en energía y salga del cuerpo, científicamente, debe producir un haz de luz. Pero que curioso que, el Dr McDougall afirmaba que pudo observar un halo de luz en 12 personas moribundas. Pero eso, es otro tema.
Fuente:
http://granmisterio.org/2014/09/10/el-peso-del-alma-21-gramos/
http://misteriossinresover.blogspot.com.es/2012/02/el-alma-pesa-21-gramos.html
quedé impactado..
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