La fuente más importante de prana es la atmósfera; ahí lo hallamos constituido por pequeños iones negativos, átomos cargados eléctricamente, muy activos y que, en perpetuo movimiento, revitalizan constantemente cada célula de nuestro cuerpo. El sol, los rayos cósmicos, las masas de agua en movimiento y en evaporación son los principales factores de ionización y cargan de prana el aire. Por eso es que el aire que respiramos cerca del mar nos carga de energía y vitalidad. Prana, la energía que nos regala el universo: El prana nos rodea, penetra en nosotros, está en lo que vemos, olemos, palpamos y en muchas de las cosas que comemos. Cuando respiramos, no respiramos simplemente una mezcla de aire que contiene oxígeno. También respiramos el prana, la fuerza vital del Universo.
Los Yoguis estaban más interesados en este aspecto etéreo de la respiración, que en el aspecto más evidente, el físico. La palabra prana proviene del sánscrito y significa “energía absoluta”. Prana es el la fuerza vital, que distingue los seres vivos de los objetos inanimados.
El Prana o Ki es la energía cósmica primaria. Es la energía de vida que mantiene al cuerpo vivo y saludable El prana nos rodea, penetra en nosotros, está en lo que vemos, olemos, palpamos y en muchas de las cosas que comemos. Mágica y vital conexión entre el cosmos y nosotros, es la esencia misma de la vida.
Lo encontramos en distintas formas y concentración en el aire, la comida, el agua y la luz del sol. Sin embargo, el prana no es ni el oxígeno, ni las vitaminas, ni las calorías, ni el calor. El aire, el agua, la comida y la luz solar son vehículos que cargan prana, y por los cuales el prana se vuelve manifiesto.
Existe en nuestro organismo un metabolismo de la electricidad atmosférica que la absorbe, la utiliza y la evacúa. Absorbemos el prana por medio de la respiración, de los alimentos que ingerimos y de nuestro cuerpo; los órganos que intervienen en este proceso son la nariz, los pulmones y la piel. Algunos alimentos que ingerimos, incluyendo el agua, lo poseen, por lo que esta energía es absorbida por nuestro cuerpo a través del sistema digestivo. Por lo tanto, es de suma importancia seleccionar muy bien lo que comemos. Las radiaciones solares, cósmicas y terrestres hacen que el prana ingrese en nuestro organismo a través de la piel.
Mágica y vital conexión entre el cosmos y nosotros, es la esencia misma de la vida.Esta energía universal es el principio de la vida que, adoptando diversas formas, hace posibles la luz, el calor y todas las formas de existencia en el planeta. Sabemos que se encuentra en los animales, en los vegetales y se supone que puede hallarse en los minerales, durante un tiempo más o menos largo, después de que se los separó de su fuente de origen. En el ser humano, posibilita todas las actividades orgánicas y psíquicas. El prana cumple las siguientes funciones en el organismo: • Prana propiamente dicho: reside en la zona del corazón y controla la respiración. • Apana: reside en el ombligo y controla la digestión. • Udana: reside en la garganta y controla la deglución y la fonación. • Vyana: reside en todo el cuerpo y controla la distribución del prana. Mediante las técnicas del Yoga se aprende a regir y a equilibrar esta energía vital. Su equilibrio es sinónimo de salud y su desequilibrio trae aparejada la enfermedad. Es importante saber que el prana alterado inquieta la mente y complica el funcionamiento de nuestro sistema nervioso. Por lo tanto, su control permite adquirir el dominio de la energía y de la mente, ya que existe una estrechísima relación entre ambas, y, a medida que se aprende a manejar una de ellas, se logra hacerlo con la otra. Dada la necesidad de la actual ciencia occidental de encontrarle una explicación racional a cada uno de los fenómenos de la naturaleza, lo mejor sería comparar al prana con una manifestación de la electricidad o del magnetismo. Su fuente más importante es la atmósfera; ahí lo hallamos constituido por pequeños iones negativos, que son átomos cargados eléctricamente, muy activos y que, en perpetuo movimiento, revitalizan constantemente cada célula de nuestro cuerpo. El sol, los rayos cósmicos, las masas de agua en movimiento y en evaporación son los principales factores de ionización y cargan de prana el aire. Por eso es que el aire que respiramos cerca del mar nos carga de energía y vitalidad. En contraposición, el oxígeno en las grandes ciudades, cargado de smog, es menos vivificador que en el campo o en zonas marinas. Existe en nuestro organismo un metabolismo de la electricidad atmosférica que la absorbe, la utiliza y la evacúa por la piel. Cuanto más activo es este metabolismo por la absorción de iones negativos y la evacuación de la electricidad excesiva, más vivo y en buena salud estará el organismo. Los baños de sol nos brindan vitalidad al activar nuestro metabolismo eléctrico. Absorbemos el prana por medio de la respiración, de los alimentos que ingerimos y de nuestro cuerpo; los órganos que intervienen en este proceso son la nariz, los pulmones y la piel. Algunos alimentos que ingerimos, incluyendo el agua, lo poseen, por lo que esta energía es absorbida por nuestro cuerpo a través del sistema digestivo. Por lo tanto, es de suma importancia seleccionar muy bien todo lo que comemos (los alimentos industrializados carecen de prana) y revisar cómo comemos. Las radiaciones solares, cósmicas y terrestres hacen que el prana ingrese a nuestro organismo por la piel. Los rishis (sabios) proclaman -y esto forma parte del Yoga- que el prana puede ser almacenado y acumulado en el sistema nervioso, más específicamente en el plexo solar. Aún más, acentúan esta noción capital diciendo: "El Yoga nos da el poder de dirigir a voluntad la corriente de prana mediante el pensamiento". Es decir que la práctica de Yoga proporciona un acceso consciente y voluntario a las fuentes mismas de la vida. La ciencia del control de esta maravillosa energía se llama pranayama (ayama: dominar).
Básicamente hay tres fuentes principales de prana: el pana solar, el prana del aire, y el prana de la tierra.
El agua absorbe el prana de la luz solar, del aire y de la tierra con que está en contacto. Hombres y animales obtienen el prana de la luz solar, el aire, la tierra, el agua y los alimentos. Los alimentos frescos contienen más prana que los conservados.
El prana también puede ser proyectado hacia otra persona para sanación. Las personas con exceso de prana tienden a hacer sentir mejor y más vivos a quienes les rodean. Sin embargo, aquellos que están deprimidos tienden inconscientemente a absorber el prana de otras personas. Probablemente habrás encontrado personas que te hacen sentir cansado o drenado sin ninguna razón aparente. Ciertos árboles, tales como los pinos, o viejos enormes y saludables árboles, exudan una gran cantidad de exceso de prana. Las personas cansadas o enfermas se pueden beneficiar muchísimo recostándose o descansando bajo estos árboles. Se pueden obtener mejores resultados pidiéndole verbalmente al ser del árbol que ayude a la persona enferma a curarse. Cualquiera puede también aprender a absorber conscientemente prana de los árboles a través de las palmas de las manos, en tales condiciones se puede sentir hormigueo y puede entumecerse el cuerpo a causa de la tremenda cantidad de prana absorbido. Esta habilidad puede ser adquirida luego de unas pocas sesiones de práctica.
Según la ciencia del yoga, el prana es energía vital. Es un principio activo que hace manifiestas todas las formas del mundo material, que anima las cosas vivas, que permite el movimiento, hace posibles la acción y que determina los procesos vitales. El prana es la suma de las diferentes fuerzas de la naturaleza. Está en la luz, en el calor, en el magnetismo, en la electricidad. Es el flujo de energía que está en el aire, en la energía del sol, en los alimentos, en el agua.
El conocimiento sobre el prana es fundamental para el sistema del yoga y de otras tradiciones orientales. Algunas han aprendido a canalizar esta energía universal para equilibrar y sanar.
Es la fuerza sutil que hace evolucionar el universo, que contiene la inteligencia cósmica para generar transformación y llevarlo a su fin último.
En la tradición china, por ejemplo, el equivalente del prana es el Chi, el principio activo central para su medicina y artes marciales. En la tradición yóguica es una palabra que define el Absoluto, la respiración, la vida, la energía vital. Por medio de las prácticas de asanas (posturas) y pranyama(ejercicios de control de la respiración), tomamos más prana y permitimos que fluya mejor, limpiando sus canales conductores.
El prana da mayor vitalidad y fuerza a nuestro cuerpo, ayuda a sosegar la mente y es esencial para elevar la conciencia. Para comprender los efectos energéticos y espirituales del manejo del prana es necesario conocer la anatomía energética según esta antigua ciencia. El yoga explica que además de nuestro cuerpo material, tenemos unos cuerpos sutiles: el cuerpo astral (compuesto por tres capas, o koshas) y el cuerpo causal, que es nuestro ser más puramente espiritual.
Todo esto constituye nuestro sistema energético, al igual que los chakras (centros de fuerza vital).El prana conecta el cuerpo físico con nuestros cuerpos energéticos. Esta fuerza cósmica fluye en nuestro sistema energético a través de una serie de canales imperceptibles al ojo común, llamados nadis. Los nadis forman parte del cuerpo astral (que está conformado por tres capas, el cuerpo etéreo, cuerpo astral y cuerpo mental).
Hay cinco formas de prana, que se encargan de diferentes funciones: prana (respiración), apana (excreción), samana (deglución), upana (circulación), vyana (digestión). El hatha yoga, con sus diferentes prácticas (asanas, pranayama, bandas, mudras) manipulan esta energía vital e intenta unir y equilibrar prana con su forma negativa, apana. Cuando esto sucede se eleva a través de los chakras la energía kundalini que tenemos recogida como una serpiente en la base de la columna vertebral.
Prana es la totalidad de la energía del universo. A través del manejo del prana los yoguis controlan el cuerpo físico, la mente, pero mucho más que eso: alcanzan la realización, porque es el fundamento de la vida cósmica. Es gracias al prana que funcionan nuestros sentidos, que podemos pensar y razonar. Se dice que el control de ondas de prana en la mente lleva al control del prana universal. Si no hay prana no hay pensamiento y alcanzamos estados de conciencia más elevados.
Se dice que el prana guarda la realidad del universo. Por esto, se define el pranayama como "el proceso gracias al cual entendemos el secreto de prana y lo controlamos". La respiración nos conecta con el prana grueso (el corporal) y el sutil (mental). Entre los beneficios de la práctica de pranayama están la concentración, el conocimiento elevado, el refinamiento del intelecto, el equilibrio de los doshas (los excesos que identifica el Ayurveda) y también el equilibrio de tamas y rajas (las cualidades del mundo, o gunas, que generan letargo e hiperactividad respectivamente).
El manejo de estas fuerzas sutiles del ser nos lleva a trascender la experiencia ordinaria y nos lleva a un plano superior de conciencia. Nos permite realizar el espíritu universal, es decir, alcanzar el estado de yoga que es nuestra esencia, la iluminación. En los Vedanta sutras dice: "la respiración es Brahman".
Fuente: http://www.fundacion-indra-devi.org/massobreyoga/chakras/prana.htm http://www.sanacionpranica.com.ar/index.php/sanacion-pranica/sobre-el-prana http://elyoga.about.com/od/Tradicion/a/Prana-La-Energia-Vital.htm |
jueves, 11 de febrero de 2016
Prana, Energía universal
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